... Como diría el Bambino Veira.
Pero no es verso. Si ya tuviste oportunidad de conocerla, sabés de qué hablo. Si nunca fuiste juntá unos mangos, hacete un hueco en el almanaque y enfilá para allá. No te vas a arrepentir.
Mariana (mi sufrida flamante...) y yo tuvimos la suerte y la buena puntería de elegirla como destino de nuestra luna de miel y la semana escasa que estuvimos por allá, nos resultó cortísima.
La ciudad es muy pintoresca y, si bien en el centro hay negocios, ajetreo y gentío al modo de las grandes ciudades, mantiene aún esa costumbre tan cara de la siesta y el descanso vespertino; hay lugares que ni por asomo te dan bolilla entre la 1 y las 4 de la tarde. Y la verdad, deben vivir más que nosotros. Seguro.
Por lo demás, no hace falta más que un paseíto por sus bodegas y una que otra probadita de la sangre de las vides de esa tierra privilegiada o una excursión a las altas cumbres, que por fortuna nos tocó ver tras una flamante nevada, para enamorarse para siempre de ese lugar maravillosamente enclavado al pie de Los Andes.
Adentrarse en la Cordillera, visitar lugaras como Uspallata, Penitentes o Las Cuevas, asomarse al cañón que flanquea el Puente del Inca, recorrer la ruta que trepa hacia el Cristo Redentor y divisar la cumbre blanca del mítico Aconcagua, basta para comprender por qué la Naturaleza reinó siempre. Y por qué lo seguirá haciendo por los siglos de los siglos, aun cuando nosotros, que tanto nos empeñamos en desviarla y aplastarla, ya no estemos para verlo.
No alcanzan los ojos ni las lentes de las cámaras, uno siente que la voz se quiebra y nos falta el aire. Y no es el apunamiento. Es la fuerza brutal de ese paisaje prodigioso, un milagro hecho tierra, la quintaesencia de la belleza.
Por eso, y sin ánimo de convertirme en agente de turismo, te invito a visitar Mendoza. Mi esposa y yo no vemos el momento de volver para allá. Aun cuando hace apenas diez días que estuvimos.
Y es que la tierra del sol y del buen vino te enamora.
Y hay amores que duran toda una vida, dicen los que saben.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario