
Perdón, lo decía Lydia Grant, la profesora de danza de la New York City High School for the Performing Arts, mientras golpeaba, amenazante, su palito en el piso e informaba a sus asustados alumnos que ahí era donde empezaban "a pagarla con sudor".
El precio no parece ser tan alto, sin embargo, cuando cientos de descerebrados no dudan en treparse a cuanto reality (anche programa de Tinelli) ande dando vueltas por el mundo con tal de lograr sus quince segundos de notoriedad y que los reconozcan en el almacén de la vuelta.
Eso habrán pensado los productores cinematográficos, siempre rápidos para los negocios, cuya charla fue más o menos así:
Producer 1: "Che, hay que hacer un mango. Filmemos una nueva peli."
Producer 2: "Cierto. Un musical puede servir. ¿Se les cae una idea?"
Producer 3: "¡Ya sé! Escuela secundaria, exclusivamente de artes. Todos quieren triunfar. Arman jodas y terminan bailando en las calles. ¿Les va?"
P. 2: "A esa ya la hicieron, 3. Se llamó Fama."
P. 3: "Ah..."
P. 1: "Estamo' al horno..."
P. 3: "Bueno, pero pará... ¡nadie dice que no se pueda hacer una remake!"
P. 2: "¿Te parece?"
P. 1: "Epa... ¡Me gustó, eh!"
P. 3: "¡Claro! Si nadie se acuerda ya del original. ¡Ni yo me acuerdo...!"
P. 1 y 2: "¡Y daaaaale!"
Entonces, tras los castings de rigor, se lanzó el rodaje de "Fame" modelo 2009, remake del film del mismo nombre, que dirigiera originalmente Alan Parker en 1980, y llegara luego a la TV en formato de serie.
Aun cuando ya no están la severa profe Lydia -pese a que Debbie Allen, la actriz que le diera vida en las anteriores, regresa en otro papel- ni los estudiantes de entonces, para no extrañarlos esta nueva versión nos pasea por la vida y los momentos de una nueva camada de aspirantes a estrella, aunados por la mítica escuela de artes mencionada al principio. Y todos están dispuestos a exprimir al máximo sus glándulas sudoríparas y pagar sin dudar las húmedas cuotas del éxito.
Para que no lo confundamos con una publicidad de Rexona, el nuevo afiche apela a la misma estética del original, sin olvidarse de esas letras tipo "coca-cola" que marcaron una época.
Con todo, lo peor que le podía pasar a Fama no era la remake. Lo peor, sin dudas, es que a alguien se le haya ocurrido que la canción del título, excelente pieza del más puro pop ochentero, compuesta por Irene Cara y ganadora del premio de la Academia, iba a sonar mejor en clave Beyoncé. Muchachos, ¿hacía falta...?
Se estrena en Argentina el 1° de abril.
No digas que no te avisé.
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